Esta zamba es como una lágrima
por un tiempo que no volverá.
La guitarra ya se termina,
arrinconada de soledad:
pásate al otro lado
que no te quieren escuchar.
A la zamba la están matando
poquito a poco desde la ciudad.
Es el alma de mi provincia
que, castigada, no puede más.
Por derecha e izquierda
padece su necesidad.
Si se muere la zamba,
los pañuelos llórenla.
Vayan por el aire diciendo a todos
que no es de muerte natural.
Vayan por el aire diciendo a todos
que un día resucitará.
Esta zamba es como la sombra
de un árbol viejo que van a talar,
como nunca salió de pobre
Dios sabe quién la defenderá.
Su despedida es corta,
su ausencia es una iniquidad.
Esta zamba es como mi pueblo,
andan queriendo ponerle bozal
y le cambian por ruido ajeno
el manantial de su propiedad.
Batallón bochinchero
mancilla a la flor popular.