No hay porqué sentir pena

 

 

 

 

 

LAURA CRISTINA AMBROSIO BATTISTEL




 
 

NO HAY PORQUE SENTIR PENA
Madre, hay muchos hogares con dolor
con profunda pena, por tantas cosas que
a los humanos nos sobrecoge el alma y
sorpresivamente. Todos queremos tener
felicidad, salud y prosperidad, mas las
cosas no funcionan siempre así y esas
son las pruebas que la vida nos demanda
para fortalecer el espíritu y saber que
podemos creer que acá no se termina,
que este crecimiento espiritual continua
y como poder superar tanto dolor? como
lograr que todo esto que sentimos ante la
muerte de un ser querido no nos derrumbe?
dicen que el tiempo se encarga de hacerlo
posible, o seremos nosotros? como lograr
que esa bella alma que descansa en paz
nos de a nosotros la paz, a los que quedamos
con la pena?...
Recuerdo una frase que me gusta:
Si el zapato queda bien el pié se olvida
si el cinturón queda bien el estómago se olvida
si el corazón está en lo cierto el pro y el contra se olvida y le añadiría entonces: si la muerte tiene
para nosotros la razón mas profunda de continuación, de resurrección, de cambio de nivel, el ser humano se olvida y el cielo reluce, Dios en nuestra alma crece, los valores se distinguen y nos dan el significado propicio para cada oficio, y si reunimos todo en lo que significa el verdadero amor, hagamos una re-unión de corazones que sepan amar a Dios y sientan que morir es desvestirse de un peso, de una carga, de un aprendizaje cumplido, de un programa señalado, y un servicio realizado y con esta plenitud, la fe y la virtud no hay porqué sentir pena y:

Con mi guitarra al viento
canto para Laurita y su
familia este contento, que no
lamento su nombre se esculpió
en la arena y en verdes tribus
de luz van saliendo las estrellas
y en telegramas de música
nos saludan las hadas bellas
las que soñó Laurita
la noche tiende su manto
de cálidas rosas blancas
mientras yo escribo este canto
a los pies de la Virgen Reina
oyendo de corazón
como abraza a su princesa

®VICTORIA LUCIA ARISTIZABAL®
BOGOTA COLOMBIA
MAYO 30 DE 2006

 

 

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