Se refugiaba en esos bellos recuerdos... como los tesoros de su infancia
guardados en esa cajita forrada con ese papel multicolor y el moño color
turquesa...
Es que las ausencias siempre duelen cuando pasan los años... pero solía
volver a esos viejos sitios donde amó la vida...
Le encantaba verse en los ojos de la abuela linda... esa mirada tierna
que siempre la estimulaba a sonreír y confiar y sentirse segura... su
piel suele erizarse cuando recuerdan esas manos acariciándole las
mejillas... entonces las penas se van y se instala otra vez esa
sensación de tenerlo todo y no haber perdido nada... se aferra con mas
fuerza a su cajita de niña como para que nadie se la quite...
Mientras pinta corazones de colores... una imagen fugaz pasa por su
lado... ella mira casi con temor porque realmente teme que esa
proyección se vaya... su corazón sabe que es su papi... y ahí está...
sonriéndole como solo el solía hacerlo... ella sonríe con su boca de
mujer y sus ojos de niña... estira una mano como para tocarlo... pero el
le dice con un gesto que no... es un gesto de amor... de protección...
ella entiende... en verdad se conforma con esa imagen y su presencia...
Baja la cabeza y sigue dibujando ... ahora usa el color celeste ... su
color favorito... y pinta cielos... y mares.... vuelve a levantar la
mirada para ver si sus seres amados siguen ahí... y si!... la mirada de
ambos la estimula a seguir coloreando sin temor a perderlos... es que su
corazón rebosa alegría de saberse acompañada... y no pretende decir nada
a nadie... en realidad seria tan difícil de creerle...
Es que el corazón de nuestros niños interiores son tan milagrosos que
logran cosas que los grandes jamás lograrían...
Cierra los ojos y puede sentir el aroma de las galletitas que la abuela
solía hornearle cuando ella la visitaba... recordaba también el
chocolate caliente en invierno... pero todo esos dulces siempre fueron
una excusa para relacionar con la dulzura del amor hacia su abuelita...
Ahora vuelve a mirar... y asombrada... ve que su papi le hace un gesto
para que vaya corriendo hacia el... no lo duda ni un instante y va...
como niña... con sus cintitas en el cabello al viento... y sus medias
tres cuartos blancas... sus zapatitos Guillermina de charol y su
vestidito atado atrás con un moño... se siente en el cielo cuando salta
y esos brazos logran contenerla... lo abraza tan fuerte como cortándole
la respiración ... es que hacia tanto no sentía ese abrazo paternal!...
el sonríe... no dice palabra... en realidad no hacen falta ... ella lo
conoce tan bien que sabe que siente su papi sin palabra alguna... le
muestra el bolsillo de su pantalón y recuerda como brincaba su corazón
ante ese gesto... ahí... ahí estaban los dichosos caramelos que solo el
le solía comprar... los que son de su gusto... los que no comía su
hermana , ni su madre... solo ella... solo para ella...
Vuelve abrir los ojos... y ya no ve a nadie a su alrededor... siente que
la soledad la invade otra vez... y cuando cree que todo termina en una
simple y vulgar imaginación ... ve sobre la mesa... un puñado de
caramelos... el chocolate servido y humeante y las galletitas... no
puede contener las lagrimas de alegría que la embargan y la llenan...
Sabe que esto que le ocurrió no se lo podrá contar a nadie... quien le
creería a esta altura de la vida semejante historia!!!
Guarda las hojas coloreadas... en su cajita colorida... ata otra vez el
moño de la caja y se dispone a prepara la cena para toda su familia...
autora: Diana Celebrando la
Vida! |